Quedan casi dos años para octubre de 2014 cuando Escocia votará en referéndum si seguirá formando parte de Reino Unido o si se constituirá como Estado independiente. Tras décadas amasando una teórica votación en periódicos y tertulias ahora toca apuntalar los discursos en clave electoral y arraigar las teorías a las preocupaciones cotidianas de los votantes escoceses.
El acuerdo entre el Primer Ministro británico David Cameron y el Ministro Principal de Escocia, Alex Salmond, ha echado el ancla por fin en el territorio de las realidades, de los ciudadanos, de las papeletas, de las decisiones. Salmond y Cameron han rubricado que lo que se vote en el referéndum será vinculante y que ambas partes habrán de trabajar para poner en pie la decisión que tome el pueblo. Escocia, ¿dentro o fuera de Reino Unido?
Los unionistas son quienes se tendrán que entregar más a la tarea de rascar votos. Las últimas encuestas dan un 50% de apoyo a favor de que Escocia permanezca dentro de la unión y tan sólo un 30% en pro de la creación de un nuevo estado soberano. Las campañas oficiales del ‘sí’ y del ‘no’ se están conformando alrededor de dos grupos: Yes Scotland y Better Together.